¿Tienes un trozo de tubería, un cubo abollado, un yunque oxidado y unas tenazas? Perfecto, en un par de días podrías estar repartiendo plomo con una pistola Bastard.
Esta popular herramienta entre los residentes del metro de Moscú, ha pasado de ser la pesadilla de los armeros a un arma semiautomática gracias a Tokarev.
¿Seguirá encasquillándose? Sí, pero el número de balas que puede escupir antes de fallar es suficiente para acabar con casi cualquier oponente.